lunes, 10 de septiembre de 2007

El Cardenalato


POR VIOLETA YANGUELA

El Titulo II, Sección I de la Constitución de la República relativo a los derechos individuales y sociales, dice que la finalidad principal del Estado es la protección efectiva de los derechos de la persona humana.

En los acápites siguientes, se definen esos derechos.

El acápite 8 establece la libertad de conciencia y de cultos, con sujeción al orden público y respeto a las buenas costumbres.

El acápite 6 establece que toda persona podrá, sin sujeción a censura previa, emitir libremente su pensamiento mediante palabras escritas o por cualquier otro medio de expresión, gráfico u oral.

Cuando el pensamiento expresado sea atentatorio a la dignidad y a la moral de las personas, al orden público o a las buenas costumbres de la sociedad, se impondrán las sanciones dictadas por las leyes. Se prohíbe toda propaganda subversiva, ya sea por anónimos o por cualquier otro medio de expresión que tenga por objeto provocar desobediencia a las leyes, sin que esto último pueda coartar el derecho a análisis o a crítica de los preceptos legales.

Por un lado la libertad de conciencia y de cultos y por el otro la libertad de expresión del pensamiento. Monseñor Nicolás Cardenal López Rodríguez ha afirmado que los que favorecen la despenalización del aborto son unos farsantes, irresponsables, hipócritas y comediantes.

No, Su Eminencia Reverendísima, los que apoyan la despenalización del aborto están expresando su derecho a la libertad, primero de conciencia y de cultos y segundo a emitir libremente su pensamiento mediante palabras escritas o cualquier otro medio de expresión gráfico u oral.

En pocas palabras, ejercen sus derechos políticos y civiles. Es el mismo derecho que ejerce Su Eminencia Reverendísima en una sociedad civil para oponerse a la despenalización del aborto terapéutico. Es la finalidad principal del Estado: la protección efectiva del derecho de las personas.

Al contrario, Su Eminencia, la hipocresía está en otros lados.

Es la hipocresía de la permisividad para la práctica del aborto "ilegal" con diferencias de clases económicas que les permiten a unas un aborto seguro y a otras un aborto que en muchas ocasiones termina con la muerte. Ahí están los farsantes, los irresponsables y los comediantes.

Por otra parte, Su Eminencia Reverendísima habló de vándalos.

El Príncipe de la Iglesia Católica aboga porque a los delincuentes se les aplique una "ley fuerte para llevarlos al terreno de la racionalidad", censuró a las autoridades que tratan de "reconocer el derecho de las víctimas por encima del victimario" y en relación a las muertes recientes en alegados intercambios de disparos agrega que "nadie está de acuerdo con el fusilamiento de personas pero tampoco que los delincuentes anden matando a nadie".

¿Qué es una ley fuerte?

¿Pena de Muerte? ¿Por disparos o por justicia?

v.yanguela@codetel.net.do

Fuente Original: http://elnacional.com.do/article.aspx?id=26621

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