viernes, 28 de septiembre de 2007

¡Quítese la venda!


POLITICA Y SOCIEDAD

Con la venda retirada, aunque sea parcialmente, comprobaría que leyes vigentes que establecen la proporción del presupuesto anual que deben consignarse para actividades definidas como prioridades nacionales son violadas por el propio Congreso que las aprobó y por quien juró “cumplir y hacer cumplir las leyes”.


Rafael Toribio

La Justicia está representada por una figura femenina provista de una balanza, una espada en posición de reposo y una venda en los ojos. La balanza es para sopesar los argumentos, mantener el equilibrio y la imparcialidad.

La espada, para cuando las circunstancias hagan necesario apelar a la fuerza para imponer lo que es justo. Y la venda es para asegurar un trato igualitario, sobre todo cuando se tiene que hacer uso de la fuerza para imponer lo decidido.

Pero convendría, no obstante, que de vez en cuando se quite la venda para ver las injusticias que se cometen en su nombre, como la balanza se inclina a favor de poderosos intereses y la espada permanece en reposo cuando su uso estaría más que justificado.

Sin la venda, aunque sea sólo por algunos momentos, pudiera ver algunas cosas como las siguientes.

Veinticinco años de impunidad en la lucha contra la corrupción. Durante ese número de años, desde 1982, se elaboraron 250 expedientes de casos de corrupción, de los cuales 8 recibieron una sentencia definitiva, y sólo 3 tuvieron decisiones condenatorias.

Vería también que bajo la categoría de presos preventivos que a ciudadanos permanecen en la cárcel, sin ser juzgados, por un tiempo mayor que la pena máxima que le correspondería, en caso de que fueran declarados culpables. Lamentablemente, todavía esto sucede.

Apreciaría la presteza en el conocimiento, decisión y condena en procesos judiciales donde el acusado es un pobre y la vergonzosa lentitud cuando es un rico. Como los pobres se mueren en las cárceles cuando sufren alguna enfermedad y como los ricos, en procesos y hasta condenados, cuando se enferman pueden internarse en una clínica privada.

Si se quita la venda constataría como se violan regulaciones en materia económico-financiero bajo el argumento de que su desconocimiento favorecía a 800 ahorrantes, muchos de los cuales eran realmente inversionistas, pero que en verdad representó la hipoteca del presente y del futuro de mas de 8 millones de ciudadanos y ciudadanas.

También tomaría cuenta de como presuntos delincuentes son juzgados, condenados y ejecutados por una patrulla policial en “un intercambio de disparos”, que cada día son mas frecuentes.

Se percataría, así mismo, de la elaboración e instrumentación deficiente de expedientes, por acción u omisión, por parte de fiscales que “obligan” a los jueces a fallar en contra de la acusación.

Sin la venda se daría cuenta de que todavía hay jueces que fallan conforme a su “íntima convicción” favoreciendo con un “no ha lugar” a quién se entiende que es culpable. La “íntima convicción” en estos casos no es para suplir la deficiencia de la Fiscalía, sino para aprovecharse de su debilidad, real o elaborada.

Con la venda retirada, aunque sea parcialmente, comprobaría que leyes vigentes que establecen la proporción del presupuesto anual que deben consignarse para actividades definidas como prioridades nacionales son violadas por el propio Congreso que las aprobó y por quien juró “cumplir y hacer cumplir las leyes”.

Quizás estos versos de la Canción a la Justicia del Cuarteto Zupay nos traigan, por lo menos, la esperanza.

“Señora de ojos vendados

Que está en los tribunales sin ver a los abogados

Baja de tus pedestales.

Quítate la venda y mira cuanta mentira.

Actualiza la balanza y arremete con la espada

Que sin tus buenos oficios, no somos nada.

Ilumina al juez dormido.

Señora de ojos vendados

Con la espada y la balanza

A los justos y humillados no le robes la esperanza.

Dales la razón y honra

Porque ya es hora, porque ya es hora, porque ya es hora”

Si se quita la venda es posible que tenga que agarrar la espada con las dos manos para imponer la justicia; que comiencen a perder los que siempre han ganando y que los culpables ¡por fin! pagen sus culpas. ¡Anímese y quítesela!

Fuente: http://www.clavedigital.com/Firmas/Articulo.asp?Id_Articulo=9465