domingo, 1 de marzo de 2009

Promesas entre la injusticia y el derroche

Escrito por: LILLIAM OVIEDO

Al rendir cuentas de su gestión el pasado viernes en el Congreso Nacional, el  presidente Leonel Fernández hizo un infeliz intento de justificar la desigualdad social y el derroche, y formuló promesas de combatir la corrupción en la administración pública y detener la penetración del sicariato, del narcotráfico organizado y de la delincuencia común en las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. ¡Otra vez!

En algunas frases, fingió desconocer la desigualdad social, y en otras, ensayó   a minimizarla. Lo mismo hizo con el derroche de recursos del erario.

Habló de una economía que el año pasado tuvo crecimiento superior al promedio registrado en América Latina, inflación de un solo dígito y notable crecimiento en la inversión extranjera directa. ¡Una descripción del paraíso!

No se refirió a la deuda social acumulada y a la incapacidad para solucionar los graves problemas  que han creado las recientes inundaciones por lluvias, por desbordamiento de presas y, en el caso de la Región Suroeste, por el desbordamiento de los lagos Enriquillo y Azuei. 

En cuanto al creciente desempleo, sencillamente ignoró la gravedad del problema, contando como realidad tangible y no como probabilidad sujeta a muchos factores, los empleos indirectos que crearían algunas inversiones turísticas.

Para afirmar que su gestión ha sido austera en el gasto corriente, dijo que  el Estado dominicano tiene un gasto corriente menor que el de otros Estados del continente. Dando como cierta esa comparación, se hace aún más evidente la injusticia. En las partidas del gasto corriente figuran cientos de sueldos superiores al medio millón de pesos por mes, que favorecen a secretarios, subsecretarios de Estado y directores privilegiados. En contraste, están los sueldos miserables (de menos de 10 mil pesos) que reciben casi todos los empleados de menor nivel.

  Habló Leonel Fernández  en un escenario en que no cabe la palabra austeridad. ¡Inadecuado término ante legisladores que por sólo asistir a una sesión cobran lo que gana en un mes un trabajador del personal de apoyo, y secretarios y subsecretarios  cuyos ingresos mensuales se calculan en cientos de miles de pesos! ¡Y hay que agregar el “barrilito”, que trae más de medio millón cada mes para cada senador y las comisiones que cobran ciertos funcionarios!

La segunda línea del Metro y el aumento de menos de 5 mil millones a la asignación presupuestara de Educación (la deja en menos de 45 mil millones), un aumento  sujeto a los desembolsos de fondos externos, son anuncios que hizo en voz más alta. ¿Por qué, si en el primer caso el aumento no satisface las necesidades y en el segundo se trata de su propia fiesta y la de sus colaboradores?

Las páginas finales, contienen las promesas de combate a la corrupción, promesas que fundamentó en la existencia de las mismas comisiones que ya existen. Nada nuevo encontró para añadir a lo que no ha funcionado.

Como no puede ignorar los escándalos en que se han visto envueltos altos oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Policía, enunció los hechos y prometió realizar una depuración. 

Lo hizo con frases sonoras, como si con ello minimizara el costo político del evidente deterioro institucional. Las altisonantes declaraciones del nuevo jefe de la Marina, vicealmirante Homero Luis Lajara Solá, y el vacuo documento publicado en los diarios matutinos de ayer por la Secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas (un documento en el que el alto mando jura por el honor y la justicia), completan el espectáculo que el histrionismo de Leonel Fernández no logró hacer interesante. 

¿Pretende, acaso, hacer creer que ignora que es la impunidad el abono de la podredumbre? Ha hecho remociones y cambios de rostros, moviendo a oficiales que han hecho carrera a pesar de haber sido involucrados en hechos no aclarados. Entre estos hechos está la relación con el asesinado sicario Carlos Everstz Fournier y el asesinato del profesor Narciso González, entre otros casos.

Vanas promesas, infelices justificaciones... y nada nuevo. Leonel Fernández se propone seguir inserto en  el viejo poder y, como sus antecesores, no se compromete con el cambio...

Fuente: http://elnacional.com.do/opiniones/2009/2/28/9008/Promesas-entre-la-injusticia-y-el-derroche