miércoles, 3 de septiembre de 2008

Hechura de Balaguer

POR LILLIAM OVIEDO

Lila Alburquerque y Ramón Rogelio Genao anduvieron por las puertas traseras para luego decir que no habían puesto los pies en el Palacio Nacional; Amable Aristy Castro, quien fuera candidato presidencial, no oculta que visitó al presidente Leonel Fernández, pero asegura que lo hizo en su condición de secretario de la Liga Municipal Dominicana (dotado de helicóptero, que conste); el secretario general Víctor Gómez Casanova, habla de renuncia mientras pide facultad para dejar sin efecto la expulsión de quienes apoyaron la reelección… En posición aparentemente opuesta, está el grupo que encabeza Federico Antún Batlle, empeñado en mantener las siglas porque no confía en las ofertas de los representantes del Gobierno. ¡Dos porciones de la misma cosecha de mala siembra!

¿Con cuáles sectores conversan o se reúnen los dirigentes del mal llamado Partido Reformista Social Cristiano? Con los que puedan mantener su inserción en el poder y garantizarles prebendas. ¿Cuáles son sus posiciones? Posturas y principios están sencillamente ausentes, los amarres determinan la toma de posición en cualquier momento y frente a cualquier situación.

Se comportan como hijos legítimos de un sistema político e institucional que es hechura de Joaquín Balaguer.

A Joaquín Balaguer, no es preciso llamarle déspota ilustrado, sino sencillamente déspota, dado que, en la más condenable muestra de entreguismo, cumplió el encargo imperialista en 1966, al asumir la tarea de organizar en forma permanente la coerción de clase y de dirigir una prolongada, cruel y sangrienta jornada de represión política, parte fundamental del proyecto de aniquilar el movimiento revolucionario y progresista y garantizar la hegemonía de los sectores conservadores, amenazada por la politización del movimiento popular.

El pasado lunes se cumplió el 102 aniversario del nacimiento de Joaquín Balaguer, y, a esta altura, 6 años después de la muerte del déspota, los representantes de este podrido sistema político siguen comportándose como él les enseñó.

Leonel Fernández, desempeña el papel del cual se ha declarado heredero, recibiendo, por el patio o por la sala, a quienes se ofrecen en venta y convertidos en pedigüeños bajarán de precio.

Los grupos que se disputan el control de la desvencijada maquinaria electoral que sirvió para dar apariencia legal a la permanencia de Balaguer en el Palacio Nacional, no pueden ocultar que cada uno de ellos intenta llegar primero a las fuentes de dinero, de contratos y prebendas que financian la politiquería.

¿En cuál de los sectores en pugna hay asomo de principio? Entre los grupos que buscan sueldos millonarios en el Estado, no existe; pero tampoco en el grupo que dirige Federico Antún Batlle, quien en el año 2004 firmó con algunos jefes del Partido de la Liberación Dominicana la llamada “acta de entendimieto”, comprometiéndose a defender el triunfo de Leonel Fernández a cambio de “participación” en el Gobierno. Lo hizo cuando el grueso participaba en la llamada Alianza Rosada, con el Partido Revolucionario Dominicano, porque era Hipólito Mejía quien en ese momento manejaba el Estado... Como el cambio de chaqueta siempre es fácil, poco importa a los oportunistas cobrar ahora y decir lo contrario después.

Son auténticas piezas de un sistema podrido. Hasta el año 2002, hubo desfile permanente, por puertas traseras o por puertas delanteras, hacia la residencia de Joaquín Balaguer, porque allí se daba forma a los pactos que luego eran llevados al pueblo como imposiciones. Hoy, el desfile es hacia el Palacio Nacional, donde entre los años 2000 y 2004 alzaba el dedo Hipólito Mejía y desde agosto de 2004 alza el dedo Leonel Fernández, quien pretende hacer permanente su liderazgo sobre los sectores más retrógrados, que, como Balaguer, ejerce garantizando impunidad y repartiendo prebendas.

Es asqueroso lo que se alcanza ver, y se percibe el hedor de lo que no se ve… ¡Qué asco!

Fuente: http://elnacional.com.do/article.aspx?id=56800