lunes, 26 de mayo de 2008

El voto por el menos MALO!!!



Ya es tiempo que cambiemos ese modo de pensar. Necesitamos comenzar a buscar una opcion real!

domingo, 25 de mayo de 2008

Sobre la vergüenza, otro par de párrafos


Por Sara Pérez

He recibido una gran cantidad de reacciones, de todo color y calibre, a mi artículo publicado el pasado domingo en El Nacional. Hablaba sobre la vergüenza que debían tener Leonel Fernández y el Partido de la Liberación Dominicana, por la lastimosa e indigna forma en que condujeron su campaña electoral, groseramente ostentosa, financiada con recursos del Estado, como es común pero no normal, ni aceptable, ni legítimo en nuestro país y llevando las nocivas y envilecedoras prácticas del clientelismo y la prostitución política a niveles sin precedentes, en descaro, frecuencia y costos.

Al momento de publicarse el artículo, estaba haciendo mis maletas para venir a República Dominicana, donde actualmente me encuentro, visitando a mi familia. Pensaba tomarme unos días de asueto en este oficio de opinar, pero en vista del interés despertado por mis reflexiones que parecen haber tocado algún punto sensible en la conciencia de muchos, he decidido sacrificar un instante de mi descanso y añadir un par de párrafos al tema, especialmente, luego de encontrarme aquí y ver aún más de cerca las acciones del gobierno. ¡Cuánta desinformación! ¡Qué falta de criterios! ¡Cuánta mentira! ¡Qué prensa!

En la pasada campaña electoral, el Presidente Leonel Fernández y el Partido de la Liberación Dominicana, quitaron todos los frenos y abrieron todas las compuertas a la corrupción rampante. ¿Cómo van las autoridades a frenar la delincuencia, si son las primeras en salir a la calle a ostentar su falta de integridad, a exhibir su éxito violando la ley, a vanagloriarse de lo distraen de los fondos públicos?

Oficializaron y legitimaron toda la hamponería y crapulosidad de los que han hecho del Estado dominicano una presa despellejada impunemente. La campaña de Amable Aristy Castro, con sus salamis, puercos y pollos fue menos sórdida que la de ustedes, alumnos de Bosch, que para lo único que alguna vez tomaron en sus manos un libro de éste, fue para llenarlo de mugre. ¿Con qué ojos fue que lo leyeron?¿Hasta dónde piensan llegar para retener el poder? ¿No piensan ustedes ponerle un precio límite a lo que están dispuestos a pagar?

Es esta última campaña, el PLD se desnudó de arriba abajo, dejando a la vista no sólo sus similitudes con lo que criticó por décadas, sino su superioridad en el perfeccionamiento de la corrupción gubernamental, de la falta de principios, de la ambición desbocada y de la inescrupulosidad para embestir y mellar los precarios vestigios de equidad y democracia que pudiera haber en la sociedad dominicana.

A José Tomás Pérez, debía darle vergüenza que a un allegado suyo lo agarraran comprando cédulas y más vergüenza debía darle por los otros miles de allegados que hicieron lo mismo sin ser identificados con su nombre, aunque todos los conozcan. ¡Qué vergüenza señor Presidente! Un alumno de Juan Bosch ganando elecciones con cédulas compradas en las esquinas, con tarifa de mil pesos, pagados al contado por unos tígueres pavoneándose de su hazaña.

Y si yo fuera el licenciado Julio César Valentín, honorable presidente de la Cámara de Diputados, me avergonzaría de lo que pudiéramos tener que ver yo y mi partido en la repartición de más de 25 millones de pesos, un par de días antes de las elecciones, nada más en Santiago y en bonos para hacer compras en los supermercados destinados a la gente de clase media que no se mete en los rebuses de las funditas. Qué innovación está haciendo el PLD, la fundita VIP.

El Presidente y al PLD debían avergonzarse de multiplicar lo peor de nuestra herencia de arbitrariedad y poca transparencia y de perpetuar las lacras que debían enmendar. Y no estoy reclamando ninguna revolución, sino un poco de decencia. De esa que alguna vez dijeron que eran los únicos que la tenían y ahora resulta que son a los que más les hace falta.

cleo264@yahoo.com

domingo, 18 de mayo de 2008

Si yo fuera Leonel...


POR Sara Pérez

READING, PA.- Tal y como pronosticaron las encuestas independientes y tal y como era del todo previsible para cualquiera que no estuviera obnubilado por el fanatismo o la desesperación, Leonel Fernández y el PLD “ganaron” las elecciones del pasado viernes, acontecimiento que lo único que tiene de promisorio es que finalmente se acabó la asqueante campaña electoral, ese borboteo impúdico de imbecilidad chillona.

Ahora bien, si yo fuera el presidente Fernández me daría vergüenza que me vieran la cara. Me daría vergüenza haber tenido que salir como si yo fuera un camión de basura a recoger cualquier desperdicio político que hubiera en las aceras.

Si yo fuera él me daría vergüenza haber tenido a ciertos turpenes haciendo campaña a mi favor y diciendo que necesitaban más millones que los que tenían asignados porque no eran suficientes para convencer a su ración de votantes.

A mí me avergonzaría tener que pagarle un sueldo a Fefita la Grande para que vote por mí y haber desembalsamado a Jack Veneno, entre otros del mismo perfil y con los mismos fines.

Si yo fuera Fernández me daría mucha vergüenza haberme visto obligado a emplearme tan desesperadamente a fondo para disputarle un triunfo a un candidato tan frágil y erráticamente elegido como Miguel Vargas Maldonado.

A mí me daría vergüenza que el candidato del partido que hace cuatro años salió del Gobierno totalmente desprestigiado, tras una administración catastrófica, saque un 40 por ciento de los votos, sin tener a mano todos los recursos del Estado empleados por mí.

Si yo fuera Fernández me avergonzaría que mi partido gastara 282 mil millones en publicidad sólo entre enero y abril de este año, (mucho más del doble de lo que pudo gastar el PRD, su contendor más cercano) y sin contar el gasto publicitario del Gobierno, que en un solo mes, entre el 18 de febrero y el 23 de marzo, ascendió a más de 114 millones, pagados directamente con dinero de las arcas nacionales.

Por un asunto hasta de orgullo personal, a mí me avergonzaría no tener ni un solo voto gratis. Yo me avergonzaría de las nominillas, de haber tenido que apoyarme en más de un millón de botellas, de haber tenido que repartir a paletadas el dinero del Estado entre militantes de mi partido a cambio de la simpatía política.

Si yo fuera él me daría vergüenza hablar de la “crisis de pensamiento” que afecta a la República Dominicana, siendo yo el representante más conspícuo y el más beneficiado por la misma.

Si yo fuera Fernández me avergonzaría del clientelismo ramplón, de haberles prometido dinero extra a los dirigentes intermedios en cuyas zonas ganara el PLD con más de un 60 por ciento. Me avergonzaría tomar ventaja de la miseria de la gente, para comprarla, embrutecerla y envilecerla con una minúscula asignación de sobrevivencia.

Si yo fuera él, me avergonzaría de los periodistas a mi servicio en los medios de comunicación, algunos de ellos tan particularmente pestíferos, que basta con observarlos para hacerse una idea de cómo eran los alabarderos babosos y calieses que Trujillo consiguió reunir en su corte.

A mí me daría mucha vergüenza que teniendo de aliados a Vincho y a Pelegrín, en uno de mis mítines haya un accidente en el que resulten muertos siete simpatizantes haitianos. Por cierto, ¿Ya Vincho y Pelegrín averiguaron si esos haitianos tenían actas de nacimiento y cédula y se disponían a votar? ¿No van a solicitar una investigación al respecto?

Si yo fuera Leonel me avergonzaría de cada uno de mis triunfos. Del rápido olvido de los muertos de la presa, del fácil engaño con que una total ineptitud se convierte en una patética farsa populista, del relumbrón del Metro, hecho a su estilo, privilegiando la fachada, del precipitado entierro del caso de la masacre de Boca Chica en plena recta final de la campaña, de la impunidad en el expediente de la Sun Land y mil firmas más.

Si yo fuera Leonel no sabría dónde meter la cara cuando alguien mencione las vallas electorales del Invi, Inavi, Obras Públicas y los Ayuntamientos.

Si yo fuera Fernández me habría dado mucha vergüenza decir que Juan Bosch estaría orgulloso del resultado de estas elecciones.

Y al igual que al Presidente, la vergüenza debía darle a todo el que sirva dentro del PLD. Si es que queda alguien en esa categoría.

cleo264@yahoo.com

Fuente Original del Articulo: http://elnacional.com.do/article.aspx?id=47017