jueves, 24 de enero de 2008

Cada senador le cuesta al país $2 MM de pesos al mes


PEDRO GERMOSEN
p.germosen@hoy.com.do

De acuerdo a los ingresos directos que perciben, sueldos de los empleados a su servicio y los privilegios de que son beneficiarios, el costo mensual de cada senador para el Estado se estima en más de RD$2 millones.

Sin incluir el “cofrecito”, mediante el cual manejan discrecionalmente cada mes entre RD$400,000 y RD$900,000, según el número de pobladores de sus provincias respectivas, los senadores reciben ingresos mensuales de RD$265,000 provenientes de la Ley de Gastos Públicos.

Adicionalmente, los 32 miembros de la Cámara Alta, al igual que los diputados, tienen derecho a dos exoneraciones sin límite para la importación de igual número de vehículos durante el período de cuatro años.

Este beneficio fue aprobado mediante ley en administraciones pasadas y se recuerda que la exoneración era solo una, en razón de que se entendía que un vehículo del año era suficiente para el período de los cuatro años para los cuales son elegidos.

Los RD$265,000 de ingresos mensuales están compuestos por un sueldo básico de RD$125,000, gastos de representación por RD$50,000; Viáticos por RD$25,000, hospedaje por RD$25,000 y dietas por sesiones de RD$3,500.

El fondo social que administran para beneficiar a personas y comunidades necesitadas mediante diversas actividades, oscila entre los RD$400,000 y los RD$900,000 mensuales dependiendo del número de habitantes de las provincias que representan.

Por este concepto, los miembros del Senado de la República administran RD$19.2 millones mensuales. Los montos más altos los reciben, en consecuencia, los senadores del Distrito Nacional, Reinaldo Pared Pérez; de la provincia Santo Domingo; Cristina Lizardo; de Santiago, Francisco Domínguez Brito, y de San Cristóbal, Tommy Galán, los cuatro del Partido de la Liberación Dominicana.

En razón de la baja población de sus provincias, los fondos sociales o “cofrecitos” de mentir monto los manejan los senadores Dionis Sánchez, de Pedernales; Juan Orlando Mercedes, de Independencia, ambos del PLD; el reformista Adriano Sánchez Roa , de Elías Piña; los perredeístas Mario Torres, de Dajabón; Roberto Rodríguez, de El Seibo, y Pedro Alegría, de San José de Ocoa, así como el peledeísta Antonio de Jesús Cruz Torres, de Santiago Rodríguez.

Además de los citados ingresos, los senadores tienen choferes pagados por el Congreso Nacional, así como oficinas abiertas en sus comunidades, en las cuales laboran entre 10 y 12 personas que en la mayoría de los casos son familiares o allegados suyos. Los senadores escogen su personal, el cual, además de varias secretarias y mensajeros, lo completan dos asesores con $20,000 al mes.

LA CIFRA
$142,500


Es el gasto mensual de las Oficinas de gestión provincial. Estas cuentan con dos asistentes que ganan $20,000, un coordinador, $25,000; un contador, $15,000; una secretaria, $12,000; una recepcionista, un conserje, dos serenos, un mensajero, $8,000; y un chofer, $10,500.

domingo, 6 de enero de 2008

El Dominicano Ausente


Por César Román Sassone

No creo que el diccionario de la Real Academia de la Lengua tenga una definición de la frase “dominicano ausente”, pero en la lengua del pueblo, muchas veces más afilada que un cuchillo de carne, y premiada con el ingenio, sí existe la frase. Se llama dominicano ausente o “dominicanyork” al dominicano que ha salido del país, en su gran mayoría, por asuntos económicos, y que viene a Nueva York para tener las tres calientes, unos chelitos en el bolsillo y poder ayudar a su familia.
El “dominicanyork” es ese ser humilde y trabajador que se aloja generalmente en el Alto Manhattan a trabajar y a ahorrar para pagar cada año un pasaje carísimo por un servicio deficiente, y es el que regresa a su país cargado de amor y dólares con “cuchumil” maletas que contienen de todo: pasta de dientes Crest, productos Avon, tennis Converse, acondicionador Flex de Revlon, shampú Vidal Sasson, cigarrillos Kent , café Bustelo, crema Pons, colonia Jean Nate, un teléfono en forma de gato, chancletitas chinas , spray de pelo y hasta jabones Dove, para satisfacer en parte nuestro solapado complejo de Guacanagarix que nos dice que todo lo extranjero es mejor que lo nuestro.

En la maleta no se puede quedar el álbum de fotos: la foto sentado hablando por teléfono, otra con la televisión prendida, la foto con la nevera abierta enseñando la abundancia y las Budweisers; la foto frente a la Estatua de la Libertad, otra sentado en el bonete de un convertible, y la clásica foto en el sofá de pana forrado de plástico.

La mujer casi siempre llega a República Dominicana vestida con algo que está al ultimo “guay”, muchas pulseras, varios anillos, un guillo en el tobillo, zapatos sin talón, medias de nylon con brillantes a los lados , mucho colorete, sombra azul, y un tono de base mucho más claro que el que necesita.

El peinado de la mujer es de rizos y bucles, que salió muy bonito del salón de la 137 y Broadway, pero que llegó desflecado después de sometido al calor del trópico y al ajetreo de la aduana. La mujer lleva en la mano un bolso grande, una muñeca que cierra y abre los ojos, un “shopping bag“con flores plásticas de una tienda de la calle 14, una cartera con chocolates Milky Way y un Mc Donald por la mitad, envuelto en una servilleta.

El hombre casi siempre lleva puesto traje, chaleco y corbata (aunque haga un calor terrible) y un sombrero de plumita. También lleva en la mano una funda de zona franca conteniendo las consabidas botellas de Remy Martin y medio galón de JB.

Ambos llevan muchísimas cadenas, algunas de éstas prestadas o alquiladas, y en su conversación, nunca falta el “¡Oh My God!” por decir “¡Oh Dios mío!”, mezclado con las historias de su llegada aquí, su trabajo en la “ factoría” sus pleitos con el “foreman”, su amistad con el “ super” para conseguir un “ baseman” en la 145 y Riverside. Historias que continúan con una bachata de “spanglish” que le dan un aspecto muy típico a nuestro querido personaje.

Las maletas también regresan llenas para Nueva York, conteniendo desde productos La Fier, miel de abeja de la Línea, Pochún, La Flecha, escobas, jalao, mentas verdes, “raspaduras”, canquiñas, queso Geo, orégano molido, y hasta queso blanco de freír para colmar nuestras añoranzas por el terruño que nos vió nacer.

Después de haber compartido abrazos con amigos, familiares y compadres, y haber disfrutado de varios sancochos de 7 carnes, acompañados de guitarra o perico
“ripiao”, el dominicano ausente regresa a Nueva York a trabajar con la ilusión de volver a su tierra para las próximas “Christmas”.

Aunque el dominicano ausente ha sido un elemento muy importante para la economía del país por el envió de los sabrosos dólares, el término siempre lo he escuchado usado con tintes de desprecio, por el criollo que quedaba en el país en una clase media que aún nadaba en privilegios. Entonces al dominicano ausente hasta se le despreciaba en centros, donde no se le dejaba entrar por llevar zapatos de tennis y cadenas.

Como la vida da muchas vueltas, la situación económica de nuestro país ha sufrido bastante, producto de las innumerables promesas incumplidas de políticos astutos. La calidad de vida y los servicios se han deteriorado, y la clase media se ha visto estrangulada, hasta el punto que los ciudadanos temen perder su vida por llevar un celular, y ya no pueden bailar en el Centro de Recreo; aunque algunos siguen viviendo con esa concepción equivocada, y sus fantasmas mentales bailan todavía en esos salones; y ellos, guillotinados, cual Maria Antonieta por la situación económica, creen que todavía están en el palacio de Versalles.

Ahora sigue la emigración de dominicanos para varios países; continúa la fuga de cerebros de todos aquellos profesionales que ya no van sólo en busca de un “coat” para retratarse en la nieve frente al lado de un carro ajeno, sino que buscan libertad, supervivencia y desarrollo intelectual en otro lugar del planeta que no sea ese país en el mundo situado en el mismo trayecto del la corrupción, y oriundo de la ignorancia y los privilegios para unos pocos.

Ahora muchos quieren coger una lancha, un tubo o una balsa y remar con sus sueños, con ansías de una vida mejor; y ya lejos de la falta de agua, luz, servicios sociales, seguridad, empleos, respeto, y libertad, lejos de las apariencias, las cuñas, el amiguismo y el tráfico de influencias. Proclamarse ellos mismos como dominicanos ausente.

miércoles, 2 de enero de 2008

Camada de demagogos

POR LILLIAM OVIEDO

Miguel Vargas Maldonado, cena en Nochebuena junto a familias pobres y se hace tomar fotos repartiendo “ayudas”. ¡Como si no estuviera registrado en la historia reciente del país aquel abril del año 1984! En abril de 1984, un gobierno del partido que hoy lleva como candidato a Vargas Maldonado, el Partido Revolucionario Dominicano, impuso a sangre y fuego un programa de ajustes del Fondo Monetario Internacional, pero este hecho, con un saldo de cientos de muertos, no es obstáculo para que su equipo de campaña utilice la pobreza como tema.

Amable Aristy Castro, con su “despiste” habitual, se hace fotografiar junto a pobres a quienes él ha hecho algunos “regalos”. ¡Como si no estuviera comprometido con formas de despojo “legalizadas” en los gobiernos de Joaquín Balaguer y “modernizadas” por los gobernantes corruptos de la última década! Sembrar pobreza y cosechar los frutos. ¡Qué descaro!

Sólo en un sistema político que presenta una oferta electoral semejante, puede tener cabida el liderazgo del presidente Leonel Fernández, (de algún modo hay que llamarle), fundamentado en la dádiva y en el clientelismo de la peor especie, en la práctica politiquera y en la competencia con candidatos con el mismo signo, comprometidos con los mismos sectores y obligados igualmente a validar el entreguismo.

Leonel Fernández y su bien pagado equipo de campaña no han reparado en que las fotos y fílmicas que utilizan en los anuncios de campaña parecen sacados de una película de terror. El candidato se hace retratar entre familias damnificadas con el hambre de décadas dibujada en muchos rostros y las carencias pintadas en los harapos que visten y en la forzada languidez de sus cuerpos. ¡Como si él no hubiese gobernado este país durante cuatro años para cerrar la década pasada y no llevara otros tres años en el Gobierno!

¿No son ésas las personas sacrificadas para construir un Metro que no se sabe a qué precio podrá transportar a la gente y que ha absorbido ya miles de millones de pesos? No estamos a tiempo de olvidar que en 1998 Fernández instruyó al director de la Defensa Civil, Elpidio Báez, no decir a esa misma gente dónde estaban ubicados los refugios, y esto hizo mayor el número de víctimas en estos grupos poblacionales.

Los 9 años transcurridos no convierten este relato en una serie de fríos datos. El paso de las tormentas Noel y Olga, en el año recién pasado, dejó claro que se trata de un ejercicio no superado. En los días finales de octubre, Meteorología no informó a la población de la llegada del fenómeno y las autoridades alegaron luego que al pasar por el Mar Caribe el fenómeno tomó fuerza. El Caribe siempre estuvo ahí, pero el Gobierno permitió que los vientos y las lluvias torrenciales sorprendieran a la gente. En la tormenta Olga, el desagüe de la presa de Tavera fue dispuesto sin tomar en cuenta que se llevaría a muchas decenas de personas. ¡Cuántos cadáveres fueron vistos y cuántos no han sido siquiera sepultados!

Pero el presidente Leonel Fernández, como si no tuviese responsabilidad en la pobreza y en la desgracia, utiliza fotos de miseria y abandono y se hace filmar en ropa de calle repartiendo cajitas entre los damnificados de la tormenta, que son, sobre todo, damnificados de la desigualdad centenaria.

Sus contrincantes electoreros hablan sin ahondar en la causa, porque están sucios del mismo lodo. Han sido y siguen siendo instrumentos de la coerción de clase, de la represión contra las mayorías para imponer las decisiones de los grupos privilegiados.

El cuadro lo completa el poder permanente local, tutelado por el poder imperialista y formado por los grupos empresariales y los centros de creación de ideología. La poderosa Iglesia Católica, en voz de su Cardenal, pide a Dios que dé a este pueblo fortaleza para reponerse de las desgracias.

Al inicio de un año que es, por demás, un año electoral, hay que decir que la peor de las desgracias es la insultante oferta electoral que presenta este sistema político que tiene por padre a Joaquín Balaguer… Y reiterar que es un acto de desfachatez y de incalificable desvergüenza, el contribuir a sembrar pobreza, para luego utilizarla como tema de propaganda electorera… El Presidente y los demás candidatos desempeñan tan bien el papel de caradura, que bien se ve que no les representa esfuerzo alguno…